EL ENGAÑO CAMINA POR AHÍ
Por Olga Lucia Rios A
El mundo se llenó de plagas y de bestias. Caminando por las ciudades se disfrazaron de bullicio. Había muchas fieras y demonios en todas partes: los maestros del engaño, los aduladores, los falsos diestros de la palabra. Aparecían en los caminos y cerca de las casas; y cada familia tenía uno propio. Vestidos de hermanos engañaban a las gentes confundidas cada día más. Los invitaban a seguirlos por traer la verdad. Todas estas fieras empezaron a cohabitar con los pueblos. Siempre estaban cerca escuchando todo lo que se hablaba y anhelaba. Y entonces estas bestias, tomando el lugar de los políticos, los pastores y toda clase de engañadores, decían: «Vamos «, pero era para desviar con engaños a los que los acompañaban y con ilusión los apoyaban.
Entonces los hombres se empezaron a mirar unos a otros como en un espejo. Y se espantaron de ellos mismos.
Corto pero bueno.
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