LA BURRERA
“Poco se llora a los muertos, como si se acostumbraran a la muerte por aquí”. —dice un habitante de la vereda Patio Bonito, antiguamente llamada La Ruidosa y La Buerrera.
En 1955, la vereda la Burrera cambia de razón social y adopta el nombre de: vereda Patio Bonito.
Más de 400 chircales artesanales instalados, rodeados de fincas ganaderas; combinados con el humo gris oscuro de las casas rurales, humo que se eleva de las grandes chimeneas de las fábricas de ladrillo. Construyen el paisaje de la vereda Patio Bonito.
«El problema es que estas tierras sólo dan ladrillo, aquí no crece ni un árbol, y difícilmente se da una papa u otra cosa», dice Alejandro Zua, en alguna oportunidad, mientras apilaba en una carreta los ladrillos que, como aún no habían sido cocidos por el fuego, ya no le comprarían, —las fuertes lluvias los echaron a perder.
Es la vereda más lejana de la cabecera municipal de Nemocón. Tiene un área rural sin delimitar, y un centro poblado que se ha ido generando sin ninguna planeación respecto al desarrollo urbano.
Un alto porcentaje de los trabajadores del sector, según datos consignados en la alcaldía del municipio, son oriundos de Jericó (Boyacá). Otros llegaron del sector de Tunjuelito, en Bogotá, ahuyentados por una decisión de la Secretaría Distrital de Ambiente, por medio del DAMA, (Departamento Técnico Administrativo del Medio Ambiente), que ordenó el cierre de los chircales que funcionaban en ese sector de la capital. El otro pequeño porcentaje restante de los pobladores son de Nemocón.
Todo esto, genera el conflicto socio ambiental que se presenta en la vereda, el cual tiene múltiples dimensiones: la cercanía de las áreas de explotación al centro poblado, ocasiona problemas respiratorios, digestivos y de piel, —son estos comunes en todo el sector de la población, ya que la cocción de los ladrillos con carbón genera gases como el ácido sulfhídrico y sulfatos, causantes de esas dolencias. La escasez de agua potable para la preparación de los alimentos, y el aseo personal, sumándose a la falta de alcantarillado y mal manejo de las basuras.
Otras caras del problema
Comenta en alguna ocasión, Sagrario Gómez, habitante del lugar: «de los aproximados cuatro mil quinientos habitantes de Patio Bonito, mil doscientos son menores de edad (cada familia tiene en promedio cinco o seis menores), de los cuales, un porcentaje alto, ayudan a sus padres en los chircales». Según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 60% no reciben salarios, a pesar de que algunos trabajan algo más de veinte horas semanales.
—Dice, Isaías Argüello: no es que estén obligados a trabajar, lo que ocurre es que los pequeños terminan ayudando a sus familias por la escasa mano de obra por aquí.
En medio de estas dificultades de Patio Bonito, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Asociación Cristiana de Jóvenes (ACJ) durante el 2003, desarrollaron la primera fase de un programa de erradicación del trabajo infantil.
En Patio Bonito, comentan que los indios amasaban el barro. Se sigue haciendo, es como parte de la identidad del que vive acá. Se hacen bateas, se amasa el barro. Otra cosa a resaltar como costumbre es el caso de los entierros, son una gran fiesta. «Hay gente, no le miento, que solo esperan los entierros para pegarse de la comilona y la bebeta; cerveza, papa salada, carne… Pocos lloran los muertos, como si se acostumbraran a la muerte por aquí. Son fiestas por nueve días».
La educación
Cuenta otro lugareño, pariente de José Eugenio Duarte:
Desde 1947 se da inicio a la educación en la vereda de Patio Bonito. Antiguamente llamada “La Burrera” —porque la gente se dedicaba a la agricultura, y tenían como medio de transporte, burros y bueyes.
La educación se comienza a impartir en la casa del señor, Miguel Ángel Sánchez y la señora Eloísa Forero, allí su hijo Miguel Ángel Sánchez, —educado por medio de radio Sutatenza, emprende esta ardua labor, en casa de sus padres.
Miguel Ángel Sánchez (padre) hace la donación del terreno para la construcción de la primera escuela. El profesor Miguel Ángel (hijo), no recibe remuneración por su trabajo hasta que se formaliza la escuela y la misma comunidad comienza a reconocer económicamente el trabajo del maestro. Luego, el gobierno hace el nombramiento de las docentes Rosa Elva Guevara y Doris Flor Aguilera. También recibe nombramiento oficial el profesor Miguel Ángel Sánchez Forero
Pero se apegan a su arte
Al parecer los habitantes de la región, no se ven haciendo tarea distinta.
La minería y la producción de ladrillos, ha sido la principal fuente de empleo en la vereda, práctica que hace parte de sus tradiciones culturales. Las personas no se ven haciendo otra actividad.
De acuerdo con el gobernador de Cundinamarca Álvaro Cruz, durante los últimos dos años, delegados de entidades estatales se han sentado cuatro veces con la población de Patio Bonito, en mesas de trabajo para buscar posibles soluciones y alternativas para la comunidad. La última reunión se llevó a cabo a principios del año 2016. En ella, —aseguró, “se acordó apoyar a los trabajadores para que creen una asociación; pero finalmente no hubo acuerdo”.
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